MÁXIMO CONFORT Y MÍNIMO CONSUMO
¿A quién no le gustaría vivir en una casa en la que apenas se pagan facturas de calefacción, agua caliente o electricidad y al mismo tiempo gozar de calidad del aire interior y confort para las personas?
Creo que la respuesta es clara: A todos.
Para conseguir esa premisa es necesario diseñar y construir una vivienda en la que su interior sea tan hermético que no deje escapar casi nada del calor que se genera, por lo cual con muy poca energía podemos calentar todos los espacios, sin necesidad de tener que abrir las ventanas para renovar el aire instalando un sistema de ventilación mecánica de gran eficacia. En concreto, debemos diseñar y construir una casa pasiva.

Vivir en una casa pasiva supone para sus habitantes un ahorro energético entre un 60% a un 90% respecto a una vivienda tradicional.